Rd4 de la Primera División de la Liga Vasca, tras haber recuperado el pulso en la ronda anterior. Enfrente, ni más ni menos el equipo que marcha segundo en la clasificación y que el año pasado no subió a División de Honor por el desempate. Así que bromas, las justas. Nosotros repetimos el equipo que tan estupendamente lo hizo la semana pasada en Orvina y, como siempre, cierta incertidumbre por conocer con qué vendrán ellos. La otra incertidumbre era la meteorológica. Afortunadamente, como casi siempre que hay una predicción negativa, todo despejado, aunque nuestros visitantes vieron algo de nieve por el camino.
Cuando se abre la puerta de la Sección minutos antes de las 16h, vistazo rápido a su expedición. Parece que no ha venido su cuarteto titular y eso siempre permite dar un respiro de alivio. Los portugalujos tienen un equipo bastante compensado, pero se adivinan algunas ausencias. Tras cambiar los tableros y piezas de plástico del día a día, por los juegos de madera (nobleza obliga), comienzan las escaramuzas.
Dani - Juan Ruiz Abad
Su primer tablero, Modesto Pérez, no ha sido de la partida. Pero el contrincante es un jugador duro. Frente a la Siciliana de portugalujo, Dani juega un híbrido entre varias cosas, con el resultado de que, en la jugada 6 ó 7, queda un peon e4 en el aire que, tras largo cavilar, el negro se lo termina comiendo. La posición es bastante extraña, con cierta compensación, sobre todo por el retraso en el desarrollo del negro. Pero la mayor ventaja está en el reloj. El de Portu empieza a apurarse muy tempranamente, aunque, claro, hay mucho por jugar aún. La partida se sigue complicando y Dani entrega un segundo peon. En cierto momentos, me acordé de Helenio Herrera, quien decía que se jugaba al futbol mejor con 10 que con 11. Las piezas de Dani iban cobrando más actividad, a medida que el número de sus peones descendía. En una posición ciertamente complicada, creo que la presión del reloj pudo más y el negro cometió alguna imprecisión. Dani se hizo con el punto pasadas las 3 horas y media de juego, tras apenas 34 intensas jugadas y cuando el marcador ya señalaba un empate a 1.
Enrique Ayesta - Aurelio
Un inglesa, en la que tras, varios escarceos, termina siendo simétrica, pero no tanto. Inicialmente, la posición es muy igualada, pero, poco a poco, Aurelio parece ir consiguiendo alguna ventajilla. Excelente, ya que Aurelio aprieta en ese tipo de posiciones, de manera que, poco a poco la posición fue tornándose más favorable. Sin embargo, el blanco encontró un excelente recurso, al entregar una pieza para buscar un continuo. Las siguientes jugadas fueron de gran tensión, con Aurelio intentando evitar lo obvio. De hecho, terminó devolviendo el material en un lucha incierta. Lo más razonable eran unas tablas, pero Aurelio siguió buscando, aún en situación muy apurada en el reloj...lo que...bueno, terminó en unas tablas tras casi cuatro horas de juego, en el resultado que confirmaba nuestra victoria.
Jesús - Aritz Zabala
La partida comenzó con un Francesa Rubinstein. Sólida donde las haya. No obstante Jesús juega con cierta alegría y plantea desde el principio, problemas sobre el rey enemigo, con una situación de enroque opuestos. El negro no solamente se defiende bien, sino que, también plantea algunas amenazas. La situación parecía más o menos igualada, con algo más de espacio para el blanco. Jesús parecía ir por delante en el desarrollo de su ataque cuando....¡boom! una de esa posiciones que si te las ponen en un diagrama con el subtítulo juegan las negras y ganan, pues vale. El problema es que en una partida, nadie te lo advierte. Y anticiparlo, a veces, no resulta sencillo. El caso es que el que sí lo vio fue Zabala quien se llevó el primer punto de la tarde, cuando casi parecía que iba a ser al revés.
Ainhoa Barrio - Txemi
La sorpresa de la alineación portugaluja. La partida se inició de manera bastante cauta, pero la Campeona de Euskadi Femenina puso todo su énfasis en el flanco de dama. Frente a ello, el maestro Txemi reaccionó en el centro y combinando temas relacionados con la situación del rey blanco y su fortaleza en las casillas blancas consiguió el punto que, mediada la tarde, igualaba el marcador.
En resumen, una victoria por la mínima, algo más corta que la esperanza matemática del encuentro, (aunque resulta difícil sacar 2,78 puntos) que nos permite seguir sumando. Con dos victorias consecutivas salimos, por poco, de las plazas de descenso. Pero todo está muy ajustado y habrá que seguir peleando.
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