La cuarta jornada del Navarro por Equipos que suponía el paso del ecuador, proponía dos tipos de enfrentamientos bastante diferentes. Por una parte, los tres primeros de la clasificación se enfrentaban con los tres últimos. De manera que lo que habría que suponer, al menos a priori, eran resultados bastante contundentes. El otro enfrentamiento tenía una dinámica bastante diferente, se enfrentaban el cuarto y el quinto. De manera que era el único encuentro en el que, no se estaba jugando el liderato, pero no solamente era el más igualado a priori, sino que podía determinar finalizar el torneo en la mitad de arriba o en la de abajo. Ya, si descubrimos que uno de los implicados en este último encuentro éramos nosotros, pues está claro donde se concentraba nuestro interés. Si, además, añadimos que nuestras adversarios eran Paz de Ziganda, el morbo subía un grado. Y es que los chicos de Atarrabia nos apartaron de los puestos de cabeza el año pasado al derrotarnos en la penúltima ronda. En resumidas cuentas, una de esas rondas con un cierto morbo. Bueno, más allá de la metafísica, había que jugar las partidas. Nosotros afrontábamos la ronda con algunas bajas y ellos se habían mostrado muy consistentes en los primeros tableros; de manera que un cierto alivio al comprobar que, entre su expedición, falta Gorka y su orden de fuerzas, muy parejo al nuestro, en lo que habíamos supuesto, nos proporcionaba una ligera ventaja, dado nuestro mayor fondo de armario.
Ya sobre los tableros, las partidas, con alguna excepción, comenzaron con buenas expectativas, salvo el octavo tablero, en la que la partida entre Iñigo Elía y Mikel parecía una ruleta rusa. Por momentos, parecía que Elía tenía las mejores expectativas, con un par de peones pasados incrustados en la posición de Mikel, pero las opciones eran tan complejas que sólo un análisis profundo podría arrojar luz sobre el tema. Cuando pasado un rato, pude volver a la partida, Mikel tenía una ventaja material inmensa. Lo que pasó en medio constituye un misterio.
Mariano siempre tuvo más espacio ante Mikel Gastesi y, en un momento determinado esto se fue traduciendo en amenazas al rey. Aunque el de Atarrabia se defendió con bastante precisión, Mariano terminó llevándose el punto.
Poco después dos partidas terminaban en tablas, tras desarrollos bastante distintos: Txemi pareció estar siempre algo mejor contra Adrián Leránoz, pero la ventaja no se pudo concretar y Txemi empezó a estar peor en el reloj, lo que determinó la resolución de la partida. Cesar pareció comenzar la partida con ventaja ante Javier Larrea, pero complicó innecesariamente la posición para terminar teniendo una escasa compensación por un peón entregado. Las amenazas contra el rey y la escasez del reloj también determinaron tablas.
Poco después, Pedro (Viñal) se imponía a Iñigo Saenz Mur en una partida compleja en la que tras ganar un peon en la apertura, lo terminó devolviendo para evitar la presión y fue mejorando su posición para terminar imponiéndose. Casi al mismo tiempo, Txus también culminaba una partida muy trabajada, ante Oihana González Etayo, que fue madurando lentamente con una de sus estrategias favoritas y que domina a la perfección, aunque durante varias fases de la partida Oihana pareció defenderse más que correctamente.
Los dos primeros tableros fueron los últimos en terminar. Jesús llevó cierta claridad toda su partida ante Iker Ojer, aunque la ventaja no fuera determinante durante largos períodos de la partida, pero Jesús terminó rematando cazando al desprotegido rey de su rival.
La última partida en terminar fue el primer tablero entre Aurelio y Eduardo Burguete, pasadas las cuatro horas de juego. Una partida de alto voltaje, sin duda. El desarrollo inicial de la partida pareció favorecer a Aurelio. En algún momento, alguien me comentó que parecía que iba a ganar...pero la cosa no resultó tan fácil. De hecho, cuando el resto de las partidas se despejaron, la partida se había encaminado a un final donde Burguete parecía tener las mejores opciones. Aurelio no sólo se defendió con precisión, sino que prosiguió la partida en busca de una improbable victoria, que no llegó.
La última partida en terminar fue el primer tablero entre Aurelio y Eduardo Burguete, pasadas las cuatro horas de juego. Una partida de alto voltaje, sin duda. El desarrollo inicial de la partida pareció favorecer a Aurelio. En algún momento, alguien me comentó que parecía que iba a ganar...pero la cosa no resultó tan fácil. De hecho, cuando el resto de las partidas se despejaron, la partida se había encaminado a un final donde Burguete parecía tener las mejores opciones. Aurelio no sólo se defendió con precisión, sino que prosiguió la partida en busca de una improbable victoria, que no llegó.
En resumen, extraordinaria victoria por 6,5 - 1,5, con la anécdota de que las tres tablas llegaron con piezas blancas, que mejora ostensiblemente nuestro resaltado del año pasado. ¡Ah! y ligera celebración colectiva al finalizar el encuentro de todos los componentes del equipo.
En el resto de los enfrentamientos, amplias victorias de los favoritos, en particular de Orvina, que sólo dejó escapar medio punto ante Arrano. Las otras dos victorias llegaron por idéntico resultado (6 - 2), de San Juan ante Mikel Gurea (crónica, aquí) y de Santa Ana ante Runa, con un matiz, relacionado con el Abierto de Alfaro. Mientras que San Juan sufrió las bajas de Alvaro Bayo y Luisda Jiménez, los jugadores de Santa Ana (hasta 3), se pidieron un bye y disputaron el encuentro con su equipo. ¿Cuestión de estilo o de fondo de armario? ¿O ambas?
Pasado el ecuador del Torneo, la clasificación se halla dividida claramente por la mitad. Con los cuatro equipos en la mitad inferior, ya lejos de la lucha por el título y con la pretensión de evitar un descenso para el que, de momento, el máximo aspirante parece ser Arrano, pero no hay que olvidar que ya se ha enfrentado a la mayoría de los cocos. De manera que la lucha adquirirá cierto dramatismo. Por arriba, Orvina no sólo se encuentra en cabeza, sino que solamente, le queda enfrentarse a Santa Ana entre los equipos de arriba, con lo que sus opciones para revalidar el título parecen evidentes. San Juan y Santa Ana estarán al quite. Nosotros ya no tenemos posibilidades reales de optar al mismo, pero seguiremos luchando por obtener la mejor clasificación posible.
La próxima jornada depara cuatro encuentros que no tienen deperdicio. En Tudela, se enfrentan Santa Ana y Orvina, último escollo para las aspiraciones de los de la Txantrea para hacerse con el título; mientras que nosotros nos enfrentamos a San Juan: otro duelo de alto voltaje.
Los otros dos encuentros, si bien no influyen en la determinación del campeón también tendrán mucha intensidad: Paz de Ziganda - Runa y Arrano - Mikel Gurea.
Post Scriptum: Arrano ha sido sancionado con un punto por alineación indebida entre el primer y el segundo tablero en su encuentro contra Orvina, lo que relaja un tanto la competencia por el último puesto.
La próxima jornada depara cuatro encuentros que no tienen deperdicio. En Tudela, se enfrentan Santa Ana y Orvina, último escollo para las aspiraciones de los de la Txantrea para hacerse con el título; mientras que nosotros nos enfrentamos a San Juan: otro duelo de alto voltaje.
Los otros dos encuentros, si bien no influyen en la determinación del campeón también tendrán mucha intensidad: Paz de Ziganda - Runa y Arrano - Mikel Gurea.
Post Scriptum: Arrano ha sido sancionado con un punto por alineación indebida entre el primer y el segundo tablero en su encuentro contra Orvina, lo que relaja un tanto la competencia por el último puesto.
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