martes, 22 de noviembre de 2016

División de Honor Rd7: Amplia victoria ante Mikel Gurea y Orvina campeón

Tras el notición de hace apenas unas horas, volvemos sobre la celebración de la última ronda del Navarro por Equipos disputada con sede única en Paz de Ziganda. Una excelente idea, ya puesta en marcha por la anterior Junta Directiva, para la DH, pero ampliada por la actual para las tres categorías. Magnífico ambiente en el inicio y durante el desarrollo de las partidas y un puntazo la disponibilidad de un picoteo para aliviar las largas horas de lucha sobre el tablero. 
Ya sobre los mismos, todo seriedad que, quien más quien menos, algo se jugaba. Nosotros llegábamos a la última ronda con un equipo más que apañado con intención de rematar la azken txanpa iniciada la ronda anterior contra Arrano. Nuestras expectativas pasaban por obtener el mejor resultado posible en nuestro enfrentamiento y esperar el resultado del enfrentamiento entre San Juan y Santa Ana; un encuentro de difícil pronóstico y del cual había llegado el apócrifo rumor de que los piscineros no iban a poder alinear su mejor ocho. ¿Qué significaba esto? Difícil de interpretar: nosotros a lo nuestro.
La primera incógnita era la alineación de nuestros adversarios. Mikel Gurea había presentado alineaciones bastante diferentes a lo largo de la competición de frecuentes apariciones de componentes de sus equipos de Primera, así que imposible preparase contra nadie específicamente.
Al final, aparición de los más habituales, con la excepción de Odei y alguna nueva presencia, como la de Daniel Aguinaga. Como nos otros no alineamos a Txus, no hubo cruce de Aguinagas
Las partidas se iniciaron con cierta parsimonia, salvo la de Pedro Viñal con Pedchenko, a quienes parecía sobrarles el reloj (bueno, salvo para pulsarlo). En el resto, Aurelio parecía ir disponiendo sus piezas con cierto orden, al igual que Txemi. También con negras, Pedro Unanua y Cesar parecían adquirir una ligerísima ventaja. Con las blancas, Jesús parecía dudar ante el planteamiento de Forján, Miguel parecía disponer de una cierta ventaja de espacio ante la Phili de Apesteguía y Mariano parecía ir disponiendo de considerable ventaja ante Aguinaga. Para entonces a Pedro (Viñal) ya le había dado tiempo de adquirir lo que parecía una ventaja casi decisiva. Pero las partidas no son cómo empiezan, sino cómo terminan.
Mariano consiguió concretar su ventaja en una posición con múltiples clavadas y Txemi también consiguió el punto, aunque de esta partida no pude observar demasiado, salvo la situación de enroques opuestos en la que Txemi parecía llevar la delantera. Eso debió ser.
A todo esto, Jesús no sólo pareció salir con bien del entramado que le había planteado su rival, sino que destapó el frasquito de las esencias con una entrega sobre g6, desbaratando la defensa del rey rival. Mientras tanto, Viñal que pareció confiarse un poco ante la aparente ventaja conseguida ante Pedchenko, cuyas casilla negras estaban indefensas, terminó rematando la partida con más que brillante estilo. Y más o menos sobre el mismo tiempo, el otro Pedro (Unanua), terminaba de atornillar la posición del joven Reguillaga. Desafortunadamente, Miguel no consiguió rematar la faena ante Apesteguía, quien se defendió con corrección. En el penúltimo tablero, Cesar no parecía conseguir concretar una posición en la que, a pesar de tener un peón de más, la debilidad de su estructura de peones complicaba la faena. Al final, consiguió convertir su posición en un final de torres de cuatro contra tres peones en el mismo flanco...de esos que se suponen que son tablas, pero hay que jugar. Al final, pesó más su experiencia o la falta de la misma de su rival. En la última partida en finalizar, Aurelio no sólo no pudo concretar sino en la búsqueda de la victoria, se dejó el punto ante su rival, para un 6,5 - 1,5 final que entra dentro de lo razonable en función de la diferencia entre ambas escuadras y de lo visto durante la tarde.
El resto de los encuentros también había muchas cosas en juego. Para empezar, en el Paz de Ziganda - Orvina. Todos dábamos a Orvina como seguro ganador, pero las partidas hay que jugarlas y se da la circunstancias de que Paz de Ziganda, por el motivo que sea, no se les suele dar especialmente bien a los orvinos. Supongo que el conseguir el campeonato de manera matemática a partir de los cuatro punto también pudo ayudar. El caso es que profusión de tablas (no es que fueran rápidas, ni mucho menos, sino tras dura pugna) y algún resultado significativo, con particular reseña para la victoria de Herman Cloete ante Javier Cinza, 4,5 -3,5 para los de Orvina y confirmación del Campeonato, una vez más. ¡Enhorabuena! (Crónica de los campeones en este enlace).
El encuentro clave para determinar, en principio, el subcampeonato se dirimía entre San Juan y Santa Ana. El año pasado los jóvenes de Tudela ya se impusieron a los piscineros, así que podía pasar cualquier cosa. Pero, a pesar de las anunciadas bajas de San Juan, estas se redujeron a un mínimo y, con la excepción del recién estrenado MF Alvaro Bayo, no hubo demasiadas bajas. Por lo que pudiera pasar, San Juan reforzaba la parte baja de la alineación con la presencia de Alvaro Reinaldo. Curiosamente, fue Santa Ana quien presentó más bajas, para empezar la de su primer tablero Patxi Sesma. Ya se sabe que que la falta del primer tablero no es una buena noticia para ningún equipo (quizás San Juan se acuerde de la ausencia de Roi frente a Orvina). La parte positiva, es que su ausencia deparó un enfrentamiento entre Roi y Daniel Roldán. Aunque parece que la ventaja durante la mayor parte de la partida correspondió al maestro el joven de Ribaforada tuvo sus opciones y, aunque al final no prosperaron, hay muchos años por delante para que esta joven generación de ajedrecistas nos de muchas alegrías (aunque, a veces, el resultado no sea el mejor para nuestros intereses😂). Bastantes tablas también en el conjunto del encuentro, pero casi ninguna rápida. Algunas con un tinte de dramatismo: Mauricio Torres parecía tener tablas con Argaya y se le cayó la bandera. David Garrido tal vez tuviera la partida ganada contra Sánchez Carayol. Y Alvaro Reinaldo debió ganar, pero también pudo perder. El resultado final fue de 6 - 2 para San Juan, lo que no sólo le garantizó el Subcampeonato, sino que, de alguna manera, les resarce de su derrota del año pasado. La crónica del encuentro en el sitio de San Juan, aquí.
Para finalizar, el Arrano - Runa tenía todo el dramatismo del descenso. Los de Runa llegaban con una ventaja sustanciosa, pero no se podían fiar. Ellos lo debían de tener claro, porque sorprendieron con la alineación de Pablo del Río en el primer tablero, lo que, obviamente, no tuvo efecto sólo en el primer tablero, sino que al desplazar a todos los miembros del equipo produjo un resultado final un tanto inesperado de 7 - 1 a favor de los de Auzoenea. Tamaño resultado, unido a nuestra victoria ante Mikel Gurea propició que Runa, ocupara finalmente el 6º puesto, por delante de los de Burlada.
Pues esto es lo que ha dado de sí la disputa del Navarro por Equipos de esta temporada. Después de todo, la clasificación final casi responde fielmente al ranking inicial de los equipos, así que alguien podría pensar "qué aburrido, ¿no?"
Y, ¿lo que disfrutamos sufriendo durante 7 semanas?
La clasificación final y todos lo datos están en este enlace.
Las magníficas fotos del evento a cargo de Alberto Ortín están en este otro enlace.
Y su impacto en los medios escritos de la Foralidad en este otro.
Y, en cuanto disponga de un poco de tiempo, ¡los vídeos del evento!

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