martes, 15 de octubre de 2019

Encuentros fratricidas en la Rd1 de la Primera División del Navarro por Equipos

Dado que la actual normativa impide la coexistencia de equipos del mismo club en División de Honor, la Primera es la máxima categoría en la que varios (hasta dos) equipos del mismo Club pueden competir. Con una cierta lógica, estos equipos se enfrentan en la primera ronda (lo digo, sobre todo, para lectores de fuera de la Comunidad, que, a los locales, los supongo suficientemente informados).

Pues, más allá de estas consideraciones, el 75% de los encuentros (3 de 4) finalizaron con victorias del 75% de los puntos posibles (4,5 - 1,5). Todo muy cartesiano. El único encuentro que escapó de esta lógica fue el 5 - 1 de Mikel Deuna a Mikel Gurea (versión B). No es muy de extrañar. Los veteranos de Mikel Deuna presentan un equipo muy equilibrado, con cuatro primeros tableros muy potentes, y con aspiraciones a liderar la categoría, lo que, de hecho, consiguen, de facto, tras esta Rd1. Aunque el rival no permite calibrar con precisión sus auténticas aspiraciones. 
Orvina B se impuso, con el resultado de moda, a Arrano. Un resultado interesante, ya que Orvina no puso toda la carne en el asador, y que plantea algunas preguntas existenciales a Arrano, ya que su participación en la futura Preferente (manera sutil de denominar a la nueva Primera) no parece garantizada.

Entre los duelos estrictamente fratricidas (podríamos extender el término a otros), Santa Ana C se impuso a Santa Ana B. No resulta demasiado extraño, ya que, a pesar de la denominación, el C parece más fuerte que el B. No tengo muy claro el criterio que los tudelanos han elegido para la denominación de sus dos equipos, algo a lo que tienen perfecto derecho, pero el resultado no deja de ser el esperado. En cualquier caso, ambos equipos pueden presentar mejores alineaciones y seguro que lo harán  a lo largo de la competición.

He dejado para el final el encuentro entre nuestros dos equipos de Primera. Alguien me dijo alguna vez, cuando yo estaba aterrizando en el ajedrez navarro, que los resultados de los encuentros de los equipos de Oberena eran predecibles.  La persona que lo dijo no tiene ni idea de lo que acontece de manera previa, y durante  los encuentros,  de equipos de Oberena. Poco sabe tan bien, históricamente, como arrancar ese punto inesperado ante el equipo supuestamente favorito. Y, ahora, con los grupos de Whatsapp, ni os cuento. De hecho, creo que jugar en la primera ronda, nos favorece. No quiero ni imaginar cómo serían las cosas de enfrentarnos en las últimas rondas.  Creo que, en ese sentido, nos diferenciamos bastante de, no sé si de todos, pero, claramente, de algunos.
Nuestros dos equipos en la categoría, están bien posicionados, a priori, entre los favoritos. Pero, como comentaba uno de estos días, habrá que ver en qué se parecen los órdenes de fuerza con las alineaciones reales. Esto fue básicamente lo que diferenció al B y la C en esta primera ronda. 
A diferencia de Santa Ana, este año nosotros no hemos establecido grandes diferencias entre ambos equipos por cuestiones biológicas, sino que hemos intentado distribuir fuerzas de manera más o menos equilibradas. Con algunas diferencias, ya que, en el B, parece haber gente con más genes con carácter competitivo, mientras que en el C, la lista sugiere una mayor dispersión de recursos. Por decir algo, yo no he estado en el ajo.

En cualquier caso, en la primera ronda, cita a ciegas. Nadie tenía muy claro la composición del equipo adversario. Hay que suponer que la propia estaba adecuadamente configurada.
Ya, sobre los tableros, parecía manifestarse una diferencia mayor que la que cabría suponer a los órdenes de fuerza. Parece que los componentes del C tenían que atender a un mayor número de compromisos que los del B...o que estos fueron más resilientes a los cantos de las sirenas.
El resultado final se parece más a las alineaciones reales que a los órdenes de fuerza, como la tendencia general del Campeonato sugiere.

En el primer tablero, Leyre pareció beneficiare de la iniciativa, pero, a medida que transcurría la partida, Aimer se mantuvo con mucha solidez y, de hecho, pareció revertir la situación. Solo la acuciante presión del reloj, algo bastante habitual, hizo sospechar por el resultado, pero las tablas finales, parecieron reflejar con acierto el devenir de la partida.

En la segunda mesa, Txus preció salir con bien de la apertura y prolongar su iniciativa en el medio juego. O cada vez valoro peor la posiciones o algo raro pasó, pero cuando ambos se levantaron del tablero la victoria era para Fito. A estos chavales no se les pueden conceder oportunidades.

En el tercer tablero, la partida de la tarde. Martín se lanzo sobre la yugular de Emilio desde el minuto 1...o antes. Impresionante la presión...aunque con el rey en el centro y dudas sobre si todo estaba controlado o las pulsiones superaban a la valoración real. ¡Martín, enrócate! ¡Por la salud de tu padre! El caso es que el cadete se llevó el punto, de lo que no hubo casi ninguna duda durante la tarde, aunque con más sufrimiento del deseado por parte de compañeros y público asistente...¡él es así!

La partida de Cesar fue todo lo contrario. Salida suave. Y, de repente, primera partida en terminar. Cosas de la madurez.

En los últimos dos tableros, había una gran diferencia a priori entre los contendientes. En el quinto tablero,  creo que la partida ya estaba decidida antes, pero, por si quedaba alguna duda, Andrés cazó una pieza de Joaquín y se disiparon las alternativas. En la sexta mesa, Dani realizó una gran partida ante Isidro, de quien hay que destacar su pundonor, a pesar de que sus años de juvenil, ya no están cercanos. A pesar de la resistencia, Daniel, pudo imponer su posición superior.
Los resultados individuales, por mesas, están en el siguiente enlace.

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