lunes, 14 de octubre de 2019

Empezamos con amplia victoria en la Rd1 de División de Honor

Anteayer, comenzó el Navarro por Equipos, en un día medio sábado-medio domingo, dado su carácter festivo. La cuestión no es menor ya que no permite calibrar con certeza si algunas ausencias serán temporales o tendrán una cierta continuidad.
En general, los marcadores fueron bastante contundentes, lo que, a priori, podría haberse predicho en algunos casos, pero no tanto en otros.
Nosotros comenzábamos nuestra singladura contra Runa. A priori y, con todo el respeto, un encuentro relativamente accesible y, de hecho el resultado final, fue bastante favorable (2 - 6), sin embargo, y dado el desarrollo de las partidas, tampoco hubiera sido extraño si nos hubiéramos traído todos los puntos, aunque ya se sabe que esto es estadísticamente poco probable. Dicen los que estaban presentes, que el 0 - 8 estuvo flotando en el ambiente, lo que no puedo certificar, ya que mi intento de acercarme al encuentro fue truncado por un tormenta de intensidad mediana, al finalizar nuestro encuentro en Oberena. En nuestra alineación, hay que celebrar la reincorporción de Jesús, quien ya estuvo a punto de jugar con nosotros el año pasado y, si no lo hizo, fue por una cuestión que sería difícil de creer, así que no os la cuento, si bien ya disputó partidas de la Liga Vasca en la temporada pasada, y el positivo estreno de Gumer. También Txemi fue de la partida, tras una temporada complicada por cuestiones personales. Más allá de sospechosos habituales, como Pedro y Miguel, a Juan se le unieron, con permanencia de vocación, otros miembros de la chavalería, como Javier y Cristian.
El mismo resultado lo obtuvo Ansoain frente a Mikel Gurea, en un encuentro en el que ambos tuvieron que disponer de jugadores de sus filiales, al que, como comentaba más arriba, resulta difícil de calibrar si será algo habitual o esporádico.
Tercer tiempo
Quienes no conocen límites estadísticos son los chicos de Orvina. A pesar de no contar con Unai, se anotaron un amplísimo 7,5 - 0,5 ante Paz de Ziganda y eso que los de Atarrabia se les suelen cruzar históricamente. Solo Adrian Leránoz pudo contener la marea de la Txan. Como decía anteayer, máximos favoritos a todo.

El encuentro que, a priori, suscitaba mayor interés, o podía considerarse como más igualado, era el que enfrentaba a Santa Ana y a San Juan. Los sanjuandarras, vigentes campeones, perdían a su primer tablero del año pasado, mientras que los riberos recuperaban a Iñigo Ortín tras su experiencia americana, lo que invitaba a pensar en una cierta igualdad. Sin embargo, el resultado final (2,5 - 5,5) fue bastante contundente y reivindica la actuación coral de los piscineros, con varios resultados individuales destacados, si bien los tudelanos sufrieron alguna baja relevante. Atención al impacto que este resultado pueda tener para dirimir posiciones críticas de la clasificación a la vista de los próximos cambios organizativos.
Los resultados individuales, por mesas, están en el siguiente enlace.

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