El inicio de la competición en Primera presentaba dos escenarios bien distintos. El B, se enfrentaba a Orvina B, tradicional vencedor de la categoría en los últimos años, mientras que el C se desplazaba a Berriozar, a enfrentarse a uno de los conjuntos bisoños de la categoría.
Mikel fue baja de última hora en el B, requerido para echar una mano al equipo de División de Honor. La baja era, de alguna manera, compensada por la ausencia de los dos primeros tableros nominales de Orvina B, Egoi Hernandorena y Javier Cinza que también reforzaron a sus mayores (es un decir). Nosotros formamos con Txema, Santiago, Javier, Emilio, Sabi, e Isidro. Puede llamar la atención la presencia de Sabi, que, inicialmente, aparecía en el orden de fuerzas del F. Pero lo cierto es que, hasta hace nada, Mikel había estado en el orden de fuerzas del A y Sabi en el del B. Al final va a resultar que la estrategia es más poderosa que la táctica (hay otra frase mejor, pero creo que ya la hemos citado alguna vez, ¿no?). El promedio de la fuerza Elo de ambos equipos (con la dificultad de integrar un no elado) era casi idéntica, así que no es de extrañar que el resultado final fuera de un empate a tres. En este enlace del blog de Orvina, Mikel Ochoa hace una brillante disección de las partidas, así que os remito a ella.
En el encuentro del Grupo B, Oberena C visitaba los territorios de Berriozar. Lo que en principio debería ser casi un trámite (con todos mis respetos), se complicó un poco. El C fue uno de los equipos que más intensamente sufrió el virus Valladolid. No suelen ser nuestros juveniles muy proclives a las andanzas viajeras, pero ni más ni menos que tres jugadores fueron de la partida (bueno, en realidad, 4, pero a Guillermo, este año, no lo tenemos en nómina). Sumada la ausencia de algún otro miembro destacado del equipo, por sus obligaciones multitasking, el equipo requirió de la presencia de su ex-picolo capitano, que se desplazó desde el Señorío (¿un caso Mikel II?) para completar un equipo en el que formó de primero Alejandro Galván, y que completó otro Alejandro (Meza) y las hermanas Beatriz y Alicia. Un momento, ¿no son cinco? Pues sí. Y como elvirus Valladolid también afectó de manera colectiva a nuestros equipos de Segunda y, además, hubo alguna dificultad para contar con algún refuerzo previamente acordado, al final, el sexto tablero fue cubierto por el neófito Xabier Fuertes, que hizo lo que pudo, claro, pero no estamos aún para esto. Unido a algún traspié no previsto, el equipo consiguió una escuálida victoria. No lo inicialmente deseado, pero habrá que darlo por bueno. Es lo que hay.
En la jornada de mañana, el B descansa, mientras que el C tiene un hueso ante San Juan B. Qué cara veremos, ¿el Dr Jekyll o Mr Hyde?
No hay comentarios:
Publicar un comentario