miércoles, 12 de octubre de 2016

División de Honor Rd1: Oberena - Orvina y otros clásicos modernos


Nos pasamos el verano diseñando equipos, valorando los cambios, evaluando altas y bajas. Los que me conocen ya saben que pienso que no debería de ser así. O, al menos, a mí me gustaría dejarlo todo listo en Junio. Pero no debe de ser posible. Parte de la causa debe de ser que los txikis juegan algunos Torneos en verano y que sus K40, hace que sus posiciones relativas varíen bastante. Puede ser. Nosotros teníamos los equipos listos con los Elos que iban a tener nuestros jugadores después del Torneo de Ansoain y luego resulta que este no entra en la lista de Octubre. Pero creo que, a pesar de la imagen de grandes estrategas que nos gusta proyectar a los jugadores de ajedrez (una de esas cualidades que la práctica del noble juego, proporciona), debe de haber algo que nos impulsa a dejar todo para última hora (¿prevalece el carácter mediterráneo?). Si no, no se explica que los órdenes de fuerza tenga que hacerse (+/- 50) de acuerdo al Elo de Octubre (que se publica tan sólo cuatro días antes de que venza el plazo de presentación de los mismos) y que la reunión de capitanes (con el desvelamiento de los secretos de cuántos equipos vana a jugar en Primera y Segunda y la forma de competición) se decidan tan sólo cuatro días antes del comienzo de la competición. ¿Improvisación o masoquismo?
Sea como sea, estén los órdenes de fuerza configurados antes del verano o improvisados la víspera del sorteo, la prueba del algodón es la Rd1 de la competición. Si el enfrentamiento es con el vigente campeón (con quienes nos vimos en la última ronda de la competición del año pasado), el algodón no engaña.
Acto -1. Configuración de la primera alineación. Pues eso, que una cosa es el orden de fuerzas y otra quienes se sientan frente a los tableros de verdad. Como ya suele ser habitual por nuestra parte, algunas ausencias, algunas de ellsa, prácticamente cantadas: ya sería gracioso que Javier se viniera a darnos unas nociones de mandarín (o, ¿será cantonés lo que está aprendiendo?). Otras más o menos esperables y algunas, menos. Pero no todo son noticias negativas. Vamos a tener con nosotros a Jesús (Cortés, por no confundir), tras su alejamiento temporal de los tableros y foguearse en un par de rondas del Americano. Otro que no falla es Pedro (Viñal, por lo mismo). Lo más normal es que el sábado estuviera de camino a Altea para participar en el Campeonato de España de Veteranos. Pero a Pedro es difícil que se le escape la oportunidad de disputar una partida, sobre todo si es de interés ;-) Otro tanto de Mikel, siempre dispuesto a echar una mano desde el Señorío...bueno, y los demás. Pero ya se sabe que, a los jugadores, el valor se les supone.
Acto 0. Con la alineación decidida. Sólo había que esperar la llegada de los orvinos. Alguna baja, menos mal. Ya adivinábamos (no era tan difícil) que Mikel Ortega estaría en Valladolid, pero se percibía alguna ausencia más. Más que nada por la presencia de Egoi Hernandorena y Javier Cinza, que originalmente, estaban en el orden de fuerzas de Orvina B, en Primera. Claro, que si estos son los replacement...
Partidas en juego, en un espacio compartido con una par de equipos de Segunda (el D y el F), pero eso es ya parte de otra historia, con una desventaja media de algo más de 100 puntos en cada tablero, lo que debe de significar que, al final de la tarde, debíamos de estar sacando unos 2,8 puntos (según el tío Arpad). Claro que ni se pueden sacar 2,8, ni eso lo sabemos al comenzar las partidas, pero sirva a la estadística. Al cabo de un rato, diversidad en cuanto a la percepción del estado de las partidas, salvo en la que enfrenta a Gustavo Jiménez con Miguel. Es como si el tiempo se hubiera detenido en esa partida. Lástima de magdalena para el Proust de turno. En general, las partidas con blancas parecen más prometedoras: Aurelio parece estar bien, Txemi también. Mariano tiene ventaja de espacio. Pedro en su estilo. En las de negras, Jesús tal vez algo (¿un poco?) inferior ante Sergio Navarrete y de la Miguel, en animación suspendida. Las peores noticias llegan de los tableros de atrás. La posición de Mikel parece poco consistente y Cinza aprieta rápido. Cesar toma una mala decisión, no a sabiendas, claro: le juega a Monje algo que conoce con los ojos cerrados. El final de la apertura revela al orvino con una pareja de alfiles y aunque el negro piensa que puede haber cierta compensación por la ligeramente dañada estructura de peones de su rival, la posición tiene problemas sistémicos de difícil resolución a pesar de la apariencia de ausencia de debilidades. Como consecuencia, estos son los dos primeros puntos en escaparse. Mal comienzo.
Pedro, en una posición en la que parecía estar, tal vez, un poco mejor, deja escapar una calidad. Bien es verdad que como compensación tiene un caballo con capacidad de explotar alguna debilidad de Gonzalo. Ante el hecho de que ambos creen estar peor, firman el armisticio. Suele ser lo mejor en esas circunstancias. Bueno, medio punto, que no sólo sabe a gloria, tras las dos derrotas, sino que nos iguala (por lo menos) al resultado obtenido el año pasado [Y sí, qué enorme capacidad tenemos de bajar nuestro nivel de exigencia ante determinadas circunstancias]. Sobre todo porque Aurelio en una, creo que, buena posición, se deja un pequeño detalle. Algo posiblemente irrelevante ante la mayoría de los jugadores de la foralidad, pero enfrente tiene a Unai Garbisu, quien no deja pasar la oportunidad y pasa a estar mejor. Coincidiendo en el tiempo, Txemi, quien aparentemente parece estar algo mejor, con algo más de espacio, entrega una pieza por peones, ante la férrea defensa de Pablo Urriza. Una decisión arriesgada, pero valiente. Entretanto, la partida de Mariano se enreda mucho. Es difícil saber, al menos en vivo, cuál es el signo de la partida. Jesús va arreglando paulatinamente su posicion con Navarrete y ofrece tablas cuando, tal vez, tenga una ligerísima ventaja (o, tal vez, está totalmente igualada). Y tablas también en la partida entre Jiménez y Miguel (la cual había avanzado, sí, aunque sin progreso evidente para ninguna de las dos partes). Las tres partidas que faltan se adentran en el terreno de las apreturas de tiempo. Pero Garbisu se maneja con gran precisión y Urriza se defiende más que correctamente y termina imponiendo su pieza de más. Sólo queda la partida de Mariano ante Egoi, quien parece tener más amenazas directas, aunque no se ve claramente cómo se puedan concretar y Mariano no solamente se defiende con precisión sino que infiltra sus torres en terreno rival y conquista una enorme ventaja material, para llevarse el punto.

Hay que hacer recuento final para darnos cuenta de que hemos perdido 2,5 - 5,5. Cerca de lo predicho por el tío Arpad. Sigue siendo un derrota intensa. Aunque, como ya comentaba, históricamente hemos igualado el mejor resultado de esta década, conseguido hace un par de años, cuando quedamos a tan sólo medio punto del subcampeonato. La versión más optimista es que hemos obtenido el 500% de lo que hicimos el año pasado. Hay que seguir trabajando.

Nuestro contrincantes no solamente desplegaron su sabiduría ajedrecística en los tableros, sino que han realizado una intensa actividad bloguera, de manera que Iñaki ha informado de los resultados, Gonzalo ha realizado su crónica habitual, mientras que Blas Zeta ha descrito el encuentro con su habitual desparpajo. Para rematar, detallado análisis de cada partida a cargo del maestro, en este enlace. ¿Quién da más?

El resto de la jornada ofreció unos resultados más que interesantes. San Juan se enfrentaba a Paz de Ziganda, que el año pasado ya demostró que es un enemigo de cuidado, al defenestrarnos en la penúltima jornada. Los sanjuandarras se encargaron de demostrar que, un año más, siguen siendo serios candidatos a disputar a Orvina su liderazgo, al imponerse por un global de 7-1, con la única derrota de Iñigo Martínez ante Adrián Leránoz. Su crónica, en este enlace. Tambien victoria por 7-1 de Santa Ana frente a Arrano. El resultado puede entrar dentro de lo probable; los de Santa Ana ya demostraron su potencial el año pasado, pero deja una par de apuntes: Arrano fue capaz de alinear un 8 completo (bueno, el año pasado esto no dejaba de ser noticia) a pesar de tener que viajar a Tudela  y, por otra parte, la victoria de Santa Ana llegó con la ausencia de sus dos primeros tableros. ¡Ojito!
En el último encuentro, Runa se impuso a Mikel Gurea por un exiguo 4,5 - 3,5; más ajustado que el año pasado.
La Rd2 nos enfrenta a los titulares de Auzoenea (aunque este año estén en custodia compartida), si bien el duelo en la cumbre, no sólo de la ronda, sino del Torneo, es el que enfrenta a Orvina y San Juan. Porque parece que, no sé si necesario, pero al menos conveniente que uno juegue, ya que lo que pide el cuerpo es pasar la tarde del sábado en la calle Valtierra y disfrutar de las mejores partidas que, hoy día, uno puede presenciar en el ajedrez foral, al menos en ritmo clásico.

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