Nueva jornada de doble ronda en Linares. Así que sin sitio ni para cultura, ni excursiones, ni ná. Purito ajedrez. En cuanto a los resultados, jornada de luces y sombras o, para ser más preciso, de sombras y luces.
Por la mañana, nos las veíamos con el equipo B del Casino Beniaján (del A, ni hablamos). Como, en día y medio se agrupan tres rondas, había que ver cómo hacemos y, si bien en la Rd1 fuimos audaces, aquí convinimos en guardar la ropa. Así que equipo un poco conservador a la espera de que las últimas dos rondas nos ofrezcan mejores oportunidades.
Enfrente, 4 jóvenes (más o menos) de unos 2200 (y pico). Como descansa Txemi y con Jesús ausente, ya sabíamos que la vida matinal iba ser muy dura. A Mariano le semicazan en la apertura y es el primero en abandonar. Pedro Viñal parece estar muy bien, pero su adversario otea un resquicio por donde se filtran la dama y el caballo y acaban con el peón de d6 (una debilidad oculta) de Pedro y poco tiempo después con la partida. Pedro Unanua juega de cine y obtiene una posición muy prometedora, pero su joven adversario no tiene 2200 por casualidad, termina estropeando la estructura de peones de Pedro y se lleva la partida. La última partida en terminar es la de Cesar. Una partida rara en la que los dos bandos han estado jugando a quedarse con la pareja de alfiles y peor estructura de peones y viceversa. El capi, sin mucha lucidez, con una febrícula, termina sucumbiendo tras intentar defender una posición horribilis durante algún tiempo. Es lo que tiene jugar por equipos.
Contundente derrota matutina que no por esperada deja de escocer, pero todo preparado para pelear a la tarde.
Ya con un equipo más reconocible, con Txemi de primero, amplia victoria sobre nuestros amigos de Naranco. El primero en terminar es Txemi quien caza una torre del jovencísimo Jonás Prado. Casi inmediatamente después es Pedro Unanua quien se impone en una partida en que alguna de sus piezas casi no llegaron a desplazarse de sus casillas iniciales. La cosa pintaba bien porque, además del 2-0, las otras dos partidas parecían favorables.
En esto que Pedro Viñal se adornó un poco en exceso y terminó en una posición de pareja de alfiles y peones por pareja de torres. Claro que también había damas sobre el tablero. Pedro disponía de bastante tiempo y Pablo Matínez jugaba con el incremento. La partida terminó en unas tablas que nos aseguraba el encuentro. Para rematar, Mariano venció a Sara Olivares, en una partida en que la ventaja espacial y posicional de Mariano se transfromó en calidad de ventaja, que posteriormente devolvió para adjudicarse con cierta facilidad un final de torres.
En un par de horas, última ronda, en la que, como el año pasado, nos enfrentamos a la Peña Barcelonista de Melilla.
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