martes, 14 de junio de 2016

(Ligeras) modificaciones en el blog (II)

Hace ya unos días,  publicábamos una entrada (Ligeras) modificaciones en el blog (I) del que, resultaba evidente, faltaba, cuando menos, una segunda parte. Resulta pasmoso comprobar que aquella entrada fue publicada ¡hace un mes! Sí, y es que no dejan de sucederse noticias de uno y otro tipo que han ido retrasando la publicación de la presente entrada.
Mientras que aquella hacía referencia a una cuestión más técnica, relacionada con la seguridad del sitio web, esta otra ha sido (y es) una decisión más relacionada con la política de comunicación.
Qué duda cabe que este blog, a lo largo del tiempo, se ha ido consolidando como una herramienta de comunicación que consulta mucha gente: miembros de la Sección, pero también muchos ajedrecistas de la Foralidad y más allá. Posiblemente, sorprendería saber la frecuencia con la que recibimos visitas de todo el mundo.
Esta visibilidad nos ha llevado con frecuencia a reflexionar sobre algunos aspectos formales y nos llama la atención que frente al tono, al menos generalmente, constructivo de nuestras aportaciones, aparecen, con cierta frecuencia, comentarios que no guardan las condiciones mínimas de etiqueta en la red (eso que, en algún momento se denominó netiquette). Aprecen, algunas veces, comentarios anónimos que no aportan casi nada al debate y suelen ir asociados a ciertos insultos o, sencillamente, a malmeter en el debate. Ha habido incluso anónimos que se "han hecho pasar" por miembros de la Sección. Regular el debate cuando no se pueden identificar los anónimos y existen comentarios cruzados resulta, sencillamente, imposible.
Así que, tras un largo y profundo debate, hemos decidido que, en adelante, no publicaremos comentarios anónimos, así como comentarios que, aunque firmados, sean denigratorios. Creemos que el debate de ideas y opiniones debe de basarse en una exposición motivada e identificada y, por supuesto, exenta de la falta de decoro que algunos elementos han exhibido.
Dicho lo cual, no queremos que esto se interprete como una invitación a la ausencia de comentarios. Todo lo contrario. Sean bienvenidas todas las opiniones, aunque sean discrepantes, que contribuyan a enriquecer el debate y, en último término, a mejorar y difundir la práctica del ajedrez. Eso sí, debidamente identificadas.

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