A diferencia del año pasado en Padrón, donde afrontamos la última ronda con la sensación de haber hecho lo deberes con antelación (y aún tendríamos la oportunidad de empatar con el Covadonga), anteayer teníamos la sensación de que nos jugábamos bastante en la última ronda. Es cierto que la suerte nos había deparado un encuentro con la Peña Barcelonista de Melilla, un rival que, con todo el respeto, parecía asequible, pero, por otra parte, las rotaciones que habíamos decidido nos llevaban a prescindir de Txemi, nuestro primer tablero. No era la mejor manera de afrontar la situación, pero si habíamos decidido confiar en todos por igual, había que ser consecuente. Así que Pedro, Cesar, Mariano y Alex plenamente dedicados a la tarea.
Las partidas comienzan con un atisbo de ventaja en las dos partidas con blancas (Pedro y Mariano) y con menos evidencias en las dos con negras. Cesar iguala con relativa facilidad, pero ante el riesgo de que la posición se seque en exceso, intenta desequilibrar, lo que le garantiza un adecuado sufrimiento durante unas cuantas jugadas. Mientras tanto, la partida de Alex empieza a tomar un cariz no demasiado alentador. La sombra de un resultado no favorable empieza a planear sobre el encuentro. Afortunadamente, las dos partidas con blancas van progresando de manera muy adecuada. En estas que hay un pequeño revuelo en el cuarto tablero, del tipo del que se monta cuando una partida se acaba. Dada la situación previa uno se tema lo peor y levanta la vista hacia aquella zona, con una cierta duda. La mirada se cruza con la de Alex quien exhibe una amplia sonrisa y un inconfudible gesto: un pulgar hacia arriba. Con cierta incredulidad, uno se acerca al tablero porque el blanco amenazaba con echar los trastos sobre el rey de nuestro juvenil y descubre, con cierto relajo, que, en el fragor del ataque del blanco, su dama ha quedado encerrada. Parecía que Alex había tenido más chance la víspera, pero esto del ajedrez es, a veces, un tanto misterioso.
Tanto como que, en el primer tablero, en una posición en la que Pedro parecía tener una amplia ventaja, su adversario se dedica a bloquear la cadena de peones y a pesar de condenar su alfil dama a un más que evidente ostracismo (el alfil ominoso), su posición se vuelve impenetrable. ¡Vaya! el resultado parecía más prometedor, pero visto el resultado del cuarto tablero todo suma. Sobre todo, porque Mariano ha conseguido ventaja material, como contraprestación a sus amenazas sobre el monarca rival y Cesar maniobra y parece igualar la partida. Jugar con punto y medio en el marcador da una cierta comodidad. Más aún cuando Mariano da un recital en un final de caballos con superioridad material, algo que puede parecer fácil, pero no lo es, aunque Mariano hace que así lo parezca. Ya hemos vencido en el encuentro y asegurado los 4 puntos en el conjunto de la competición. Así que sólo queda intentar acumular el máximos de puntos de encuentro, por eso de los desempates. Cesar se va zafando de sus problemas y, ante la evidencias, su adversario decide entregar una calidad por un peón con ciertas posibilidades de coronación y alguna amenaza al rey. El capi no se descompone, neutraliza las amenazas, consolida la ventaja material y, abriendo columnas para las torres, termina revertiendo las amenazas ajenas, en propias e imponerse para un resultado final de 3,5-0,5, algo no tan fácil de conseguir en un CECLUB en que los resultados se cotizan muy caros.
Entre tanto, cierto drama en las primeras mesas. El Real Oviedo ya se ha asegurado el primer puesto y el consecuente ascenso, al empatar a dos contra el Centro Goya - Villa de Teror (que cuenta en sus filas a Kurajica y García Padrón). En la segunda mesa, dramático encuentro entre el 64 Villalba y el Liberty Chess. El encuentro está empatado a 1,5 (una victoria para equipo) y unas tablas en un final de torres de infarto entre Orelvis e Iván Vallés...y queda otro final de torres no apto para cardiacos entre Antonio Rupérez y Miguel Angel Gutiérrez. De esos en que hay que tomar muchas decisiones con poco tiempo y las múltiples posibilidades, con peones en ambos flancos, hace que se pueden dar muy diferentes situaciones. El que gane el final, lleva a su equipo al segundo puesto...y al ascenso. Pero tras intentar todo, la partida termina en tablas...¿y? El segundo es Solvay B que ha vencido por 3 - 1 a Eva Manises. ¿Quién piensa que el ajedrez es aburrido?
Con esto terminamos nuestra participación en nuestra segunda participación en épocas recientes en el CECLUB, cuyos resultados se pueden encontrar en este enlace. En unos días, balance.
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