La disputa de la penúltima ronda, además del hecho de disputarse en Echavacoiz, casi tenía como principal punto de interés saber si Mikel Ortega iba a conseguir el título con una ronda de adelanto sobre el final de la competición o había que esperar a la última. El reto no parecía sencillo porque enfrente, con blancas, se encontraba Adrián Leránoz, quien, al margen de sus siempre eficaces laborales arbitrales, me parece un jugador cuyo nivel ajedrecístico está bastante por encima de su Elo. Sin embargo, en este caso, no sé si impresionado por el nivel que está mostrando el de Orvina, el de Paz de Ziganda no jugó la apertura demasiado agresivo y más pareció buscar unas tablas. Creo que un error ante alguien quien va lanzado como Mikel y que parece interesado en intentar cerrar su periplo en la competición lo más cerca posible del 100%. El caso es que, poco después de una oferta de tablas, una imprecisión le provocó pérdida de material y lo que se prometía como un enfrentamiento intenso, tuvo un final abrupto.
Más disputada fue la segunda mesa. Se enfrentaron los jóvenes orvinos Pablo Urriza y Javier Sevilla. Este último, había demostrado un gran nivel a lo largo del Torneo, pero Pablo jugó preciso. Ganó un peón (algo que no debió de ser, en principio, demasiado importante, ya que a Sevilla se le ha visto jugando con material de menos en varias partidas) y, con mucha paciencia, fue maniobrando con precisión su pareja de caballos, frente a la de alfiles de su rival, para ir obteniendo más ventaja. Al final, la partida se decidió en el apuro de tiempo, en una situación en la que, aunque la mayor parte del trabajo ya estaba realizado, los dos peones de ventaja de Pablo no parecían garantizar la victoria con facilidad, en la partida que fue la última en finalizar.
En la tercera mesa, Axel Roviralta dio cuenta de una de las revelaciones del Torneo, Andrés Malón, en una partida en la que el negro ganó el duelo teórico de la apertura, pero Axel destapó el tarro de las esencias tácticas y, con un rey que terminó haciendo slalom por medio tablero, se terminó imponiendo.
En la cuarta, Gregorio Sola se enfrentaba a otro de los jóvenes que está haciendo un Torneo espectacular, Asier. Un Volga o similar que al que Gregorio respondió con cierta timidez. El problema fue que el negro consiguió una gran actividad de piezas y consiguió abrir el centro cuando el rey del blanco aún no había encontrado refugio. Asier remató con brillantez táctica.
La historia se revirtió en la siguiente mesa, en la que Txus se enfrentaba a Irati, que estaba haciendo un Torneo primoroso. Sin embargo, tras un comienzo de partida en apariencia, un tanto insulso, en este caso fue el más veterano quien lanzó un duro ataque ante el desprotegido rey negro. Victoria de Txus sin demasiada contestación.
Rafi se impuso a Odei Lerendegui en una partida en la que el segundo salió sin demasiadas dificultades de la apertura, pero en la que el blanco siempre estuvo cómodo y se impuso con cierta facilidad.
Barri y Pedro se enfrentaban en una partida que, en gran mediad puede decidir el título de Veteranos. El primero parecía estar mejor cuando ofreció tablas. Creo que un error psicológico, a Pedro esto de ganar le gusta y mucho (bueno a todos, pero creo que, a él, más) y olisquear la posibilidad de imponerse y llevarse el título...pues eso.
Marina hizo tablas con Mikel Ochoa y lo digo así porque mi sensación es que, últimamente, Marina parece un tanto empeñada en limitar sus posibilidades de victoria. No se puede ganar siempre, claro.
En las últimas mesas, hubo un par de situaciones dramáticas. Tras una partida un tanto variopinta, Santi consiguió un aventaja algo más que decisiva ante Ainhoa Ortín, algo así como dama por un par de piezas, sin que hubiera amenazas directa ni compensación aparente. Además, mientras que Santi disponía de una considerable cantidad de tiempo, Ainhoa tuvo que hacer no sé cuantas jugadas al borde de la caída de bandera...pero ya se sabe cúan tenaz puede ser, de manera que defendió su posición con denuedo...mientras que el reloj de Santi iba descendiendo jugada tras jugada y, en una de estas, sin que la posición requiriera de especial atención, el caso es que su bandera terminó cayendo. En otra partida de las que cerró la jornada, Aitor Martínez, con torre de más, no encontró la mejor manera de resolver su posición y también terminó cediendo por bandera ante Alex Ortega.
Mañana, volviendo a su ubicación habitual de Fuerte del Príncipe, última ronda y resolución de todos los títulos aún en juego.
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