Era cuestión de tiempo. No es que tengamos la suerte de contar con una generación extraordinaria, sino varias. La madurez que van adquiriendo estos jóvenes la podemos disfrutar (y sufrir) semana a semana. Da manera que tarde o temprano...
Andaba yo dándole vueltas a esto en la última Asamblea, cuando alguien argumentaba alrededor del famoso artículo 1.5 de la Normativa General y sus potenciales beneficios/problemas para el ajedrez navarro: la historia está llena de discursos sobre temas baladíes que se ven superados por la aplastante realidad. Pero así somos los humanos. Bueno, esto dará para alguna otra entrada. De momento, centrémonos en los hechos.
Oberena C, un equipo construido con la voluntad de aunar lo mejor de las generaciones de juniors e infantiles (y aún menores) estaba llamado, tarde o temprano, a vencer en Primera. No era evidente que fuera este año. Pero ha sido con una cierta suficiencia. Mis recuerdos juveniles reflejan situaciones con dos equipos del mismo club ocupando la primera y la segunda posición. Ahora, el reglamento no lo permite, clasificando para el ascenso a quien queda en un lugar modesto, con la excusa de no permitir la existencia de filiales en la División de Honor. Una normativa que se centra en lo formal y no en lo esencial.
Nuestros jóvenes han hecho lo que estaba en sus manos (y mentes): demostrar que tienen no ya un potencial, sino un presente extraordinario. Un fase de grupos impoluta, sin otra falla más que un error administrativo, que no evitó que fueran campeones con cierta distancia. A esto se sumó el cruce con el campeón del otro grupo. Si, en la fase de grupos, ya fue netamente superior al segundo equipo de Santa Ana, tampoco hubo muchas dudas en este cruce, frente al tercero. Esta superioridad en la categoría ha sido posible, incluso, con una participación algo más que escasa por parte de algunos de los componentes más destacados, como Marina e Irati, debido a otra serie de compromisos: Alejandro, Juan, Javier, Aimer, Alex, Angel, Leyre, Cristian y Fermín se han bastado para hacer realidad lo que ya se adivinaba.
Nuestros jóvenes han hecho lo que estaba en sus manos (y mentes): demostrar que tienen no ya un potencial, sino un presente extraordinario. Un fase de grupos impoluta, sin otra falla más que un error administrativo, que no evitó que fueran campeones con cierta distancia. A esto se sumó el cruce con el campeón del otro grupo. Si, en la fase de grupos, ya fue netamente superior al segundo equipo de Santa Ana, tampoco hubo muchas dudas en este cruce, frente al tercero. Esta superioridad en la categoría ha sido posible, incluso, con una participación algo más que escasa por parte de algunos de los componentes más destacados, como Marina e Irati, debido a otra serie de compromisos: Alejandro, Juan, Javier, Aimer, Alex, Angel, Leyre, Cristian y Fermín se han bastado para hacer realidad lo que ya se adivinaba.
En el duelo entre segundos, el triunfo fue para Orvina B, lo que le dará la oportunidad de disputar el subcampeonato ante Santa Ana C en la jornada final.
En el duelo entre terceros, San Juan B y Mikel Deuna empataron a tres, con mejor desempate para estos últimos, que les da el ascenso a División de Honor. Motivo de reflexión por motivos deportivos y extradeportivos.
Drama en Auzoenea
Oberena B se jugaba un encuentro dramático en Auzoenea frente a Arrano. El devenir de las partidas a lo largo de la tarde no parecía apuntar al resultado final, pero esto es ajedrez. Ambos equipos, como la mayoría en el transcurso de esta jornada, ajustaron un punto sus alineaciones y se presentaron con sus mejores alineaciones...o casi.
Durante la mayor parte de la tarde, me dio la impresión de que el resultado nos iba a ser favorable, pero mis dotes adivinatorias son reducidas. María consiguió una posición más que prometedora, con negras, ante Sebastián Insausti. Yo creo que, una de esas que hay que trabajar con paciencia (es que me estoy haciedno mayor ;-)),....pero a todos nos entusiasma rematar de manera brillante. María entregó una pieza, pero no resultó. No sé si objetivamente era lo mejor. Mal asunto cuando el primer tablero decide muchos desempates en un único cruce. Txema era de nuevo de la partida, esta vez ante Koldo Flores. Partida muy bien trabajada, pero con visos de, a pesar de la ligera ventaja del blanco, terminar en tablas. Txema hizo lo que pudo...y se encontró con la inestimable colaboración de su adversario en el último momento.
Roberto Arana y Santiago jugaron una partida que, no desprovista de interés, apuntaba a unas tablas tempranas. Imposible con estos dos tácticos sobre el tablero. Esta vez, el punto cayó del otro lado.
Roberto Arana y Santiago jugaron una partida que, no desprovista de interés, apuntaba a unas tablas tempranas. Imposible con estos dos tácticos sobre el tablero. Esta vez, el punto cayó del otro lado.
Las tres últimas partida terminaron en tablas, aunque no fue lo más evidente durante el desarrollo de las mismas. Andrés pareció estar mejor ante Joseba Otano. Pero, en un cambio trivial, se dejó un peon innecesariamente. La existencia de alfiles de distinto color, aún parecía garantizarle una cierta ventaja, en una situación de amenazas al rey enemigo. No fue suficiente: tablas.
En la quinta mesa, Javier pasó todas las piezas imaginables por "d3" para intentar crear alguna situación de ventaja, pero Cesar Razkin es un jugador sólido. Tablas también.
Finalmente, Sabi fue el elegido para defender el sexto tablero. Pareció disfrutar de cierta ventaja ante Unai Vigor, pero este supo defenderse con una precisión que el nuestro no tuvo manera de quebrar.
Finalmente, Sabi fue el elegido para defender el sexto tablero. Pareció disfrutar de cierta ventaja ante Unai Vigor, pero este supo defenderse con una precisión que el nuestro no tuvo manera de quebrar.
De esta manera, derrota por la mínima que, dada la reducción de equipos para la siguiente temporada, supone el descenso. Un cierto drama, cuyo potencial no había pasado desapercibido al inicio de la temporada, tras el sorteo de la composición de grupos. Portencialmente no debería de haber pasado, pero...
Arrano se salva de la quema con una victoria pírrica que, sí, le salva del descenso a Segunda, pero le condena a una Primera en terreno de nadie.
Arrano se salva de la quema con una victoria pírrica que, sí, le salva del descenso a Segunda, pero le condena a una Primera en terreno de nadie.
Los equipos de Mikel Gurea se enfrentaron en un encuentro sin esperanza, por la reducción de equipos de la categoría.
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