miércoles, 1 de mayo de 2013

Preferente Rd3: Duelo en tres actos y otras historias

Egoi y Javier echando un pulso mental
En la primera mesa, dos oberenistas, Dani, con blancas y Cesar, con negras. No está mal para el nivel del Torneo, aunque claro, hubiera estado mejor en la última ronda. No sé qué me da que no va a ser tan sencillo. El caso es que la partida se desarrolló en tres actos, no tanto por la habitual secuencia apertura, medio juego y final, que sí, por supuesto, sino que, por ritmo y alternativas, fueron casi tres partidas en una. 
Acto primero: La partida standard. Por eso del conocimiento mutuo y del tipo de apertura (muy posicional), los primeros movimientos se desarrollan muy lentamente, largos periodos de tiempo para decidir el orden de jugadas, la disposición de las piezas y las estructuras de peones, en plan GM (salvando las distancias, claro). De vez en cuando, miradita de reojo entre los compañeros (hoy adversarios) para intentar adivinar las intenciones del otro, todo ello para terminar transponiendo, tras once jugadas, a una posición que se habrá jugado cientos, sino miles, de veces, y que aparece en los diagramas de muchos libros. Y, ahí, sorpresa, el blanco juega, bastante rápido, una muy inusual, y el negro responde con una novedad. ¿Preparación, o fue todo sobre el tablero? El caso es que esto obliga nuevas reflexiones y, de esta manera, se llega al segundo acto.
Acto segundo: Ajedrez activo. Sin debilidades evidentes en ninguno de los dos bandos o, si las hay, compensadas entre ellos, llega el momento de escoger el plan, el blanco traslada sus baterías a un flanco y el negro decide apostar por el flanco opuesto, pequeñas escaramuzas de las que, a pesar de contar con algo más de espacio por parte del blanco, parece emerger algo mejor el negro.
Acto tercero: Ajedrez relámpago. Cuando parece que lo más fácil es que el negro se cobre un peón y avance hacia un final ventajoso, aunque difícil de concretar, éste sacrifica una calidad por complicaciones, con ambos jugadores con apenas dos minutos en el reloj. El blanco toma la calidad y, tras varias jugadas para fortalecer sus puntos débiles comienza el asalto a la posición negra que no resulta tan fácil como aparentaba, así que entrega material por actividad de las piezas, pero tras liquidar casi todo el material pesado se llega a un final muy igualado, sí, pero muy asimétrico: torre y peones contra alfil y más peones y ambos reyes donde no toca. Uno de esos finales para enseñar en clases e invertir mucho tiempo para definir los planes y ejecutar las jugadas...pero los relojes cada vez se acercan más a la caída de bandera, con varias jugadas por debajo de los diez segundos (¿dónde quedaron aquellos tiempos de dos horas para 40 jugadas?). En medio del caos, pareció que el negro pudo llevarse el punto, algo que unas jugadas antes pareció para el blanco, pero no puedo concretar. Así que se firmaron las tablas, tras más de 60 jugadas y 4 horas de juego, con ambos jugadores con la sensación de que habían dejado escapar la victoria, pero, por otra parte también ganado medio punto que posiblemente llegaron a tener perdido, en la partida más larga de la jornada.
Emoción también en la segunda mesa, en la que Mikel Ortega apretó en la incisiva francesa que le planteó Gorka Argandoña. Mikel pareció tener la partida bajo control, al conseguir dejar al rey negro en el centro lo que dificultaba la conexión de sus torres, pero omitió algún golpe ganador y Gorka se defendió con precisión y aprovechó sus oportunidades para terminar llevándose el punto y el liderato provisional del Torneo.
En la tercera mesa, Iván Tetimov, con negras, respondió a la Española de Antonio Lisarri con una Schliemann, una de esas variantes que rara vez se ven en el ajedrez magistral, pero que siempre da partidas vibrantes y que, en este caso, cayó del bando negro.
El resto de los oberenistas no tuvieron una jornada muy brillante. Javier jugó con negras contra Egoi Hernandorena en una partida en la que los dos bandos tenían tantos puntos débiles (peones doblados, escasez de espacio, piezas encerradas) que alguien llegó a decir que los dos estaban peor. No sé muy bien cómo, pero Javier debía de estar peor en mayor grado y terminó sucumbiendo. En partidas adelantadas, Irati perdió con Rafi en uan partida en la que estuvo mejor, apretó al rey contrario, pero en su ofensiva, sus piezas quedaron demasiado colgando y, en un momento determinado, Rafi consiguió ventaja de la excesiva interdependencia de las piezas de Irati. Finalmente, Txus, con negras ante Javier Pérez Marchal, consiguió quedar algo mejor tras cambiar damas, pero se precipitó y, al pasar lo mejor de su posición, ofrece tablas que fueron aceptadas.
El resto de los resultados y la clasificación los podéis encontrar en este vínculo de chess-results y, como siempre, la visión runera de esta megacompetición, en su blog.

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