lunes, 16 de diciembre de 2013

Ganar dinero con el Ajedrez

Siguiendo la historia que contábamos en Fraude lleno de magia y misterio llegó a los teatros un ebanista inventor y  también como no decirlo un aprovechado de la ocasión en la que miles de incautos volverían a llenar sus bolsillos al crear un nuevo autómata del ajedrez.

Corría el año 1868 y en el Royal Polytechnic Institute de Londres se presentaba El Ajeeb, la máquina que jugaba al ajedrez y era capaz de derrotar a cualquier Gran Maestro del momento.

No se extrañen queridos amigos en aquella época las noticias no corrían como la pólvora y los teatros se llenaban con magia y misterio aunque estos fueran fraudulentos pero ciertamente muy vistosos y sorprendentes.


El Ajeeb triunfó como lo hizo El Turco, queda demostrado que era una forma elegante de ganar dinero con el ajedrez; así completó una estupenda gira por parte de Europa y pronto desembarcó en el Nuevo Mundo para hacer las Américas y llenar de oro los bolsillos de este ebanista tan avispado que aprovechó el tirón del Chess para sacar tajada.

El ebanista millonario se retiró en 1895 a vivir de las rentas y los nuevos dueños no supieron aprovechar el circo con un buen jugador de ajedrez escondido en este maniquí, así que se pasó unos cuantos años en funciones de tarde jugando a las damas y entreteniendo principalmente a los niños.

Más tarde fue adquirido El Ajeeb por un tal James B. Hanson, era ya el año 1932 y el maniquí en forma de indio que también camuflaba en su interior un fraude que daba dinero volvió a jugar partidas magistrales en las que la victoria corría como era de esperar a favor del autómata.

Llegó la Segunda Guerra Mundial y este automatón desapareció misteriosamente habiendo vuelto a protagonizar uno de los engaños más frecuentes en el mundo del espectáculo.

En una próxima entrega les hablaré de Mephisto que casi rozó el éxito de conseguir que una máquina juegue al ajedrez con el hombre, algo que como ya les dije en el anterior artículo lo consiguió el español Leonardo Torres de Quevedo pero ya llegaremos a su historia.

Y así mientras esperamos la llegada del siguiente artículo para los más pequeños les dejo un dulce vídeo que seguro les hará sonreír.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me ha gustado el artículo aunque no entiendo por qué todos los autómatas desaparecen y no los conservan. Por cierto ¿Cuántos autómatas han creado?

Un beso papá.

Jose Antonio dijo...

El paso del tiempo Jorge es muy duro para todo el mundo y más para estos "juguetes" date cuenta por las fechas que pongo la cantidad de años que han pasado y la de guerras e incendios que han ocurrido. Pero existen réplicas que son copias casi exactas y que además son expuestas, ya te llevaré a alguna si nos pilla cerca para que alucines con el ingenio de aquellos años tan lejanos.

Y hubo muchos, los más conocidos son los que estoy aquí poniendo, pero piensa un poco hijo, en aquella época el poco ocio que tenían las gentes era en el teatro o en los conciertos por lo que el espectáculo daba mucho dinero y los que mejores actuaciones presentaban más ganaban, además era el auge de la era industrial que influyó mucho para el desarrollo de estos autómatas, el Turco a sus comienzos y los demás en el apogeo.
Pero lo más bonito de estos fraudes o engaños es que la ciencia primero es imaginada como un deseo y que luego el ingenio y los retos del hombre se consiguen poco a poco. Una vez se soñó con ir a la Luna y hemos ido, así que a pesar de lo que pueda parecer gracias a estos ingenios hoy disfrutamos de un mundo distinto.

Un beso chaval.