Mezcla explosiva de Ajedrez y Poesía

Hoy vamos a hablar de ajedrez y poesía, así que nos vamos a trasladar en el tiempo al año 1475, estamos en Valencia, ciudad que protagonizó los grandes cambios de este juego y que a día de hoy siguen vigentes, ya les conté la importancia de Isabel la Católica con el nuevo valor y poder que obtenía la reina en el tablero y la aún malograda búsqueda de este libro aún no localizado.

Nuestros protagonistas van a ser tres avezados jugadores de ajedrez y grandes literatos de la época, les presento a:

Bernat Fenollar (1435-1516), que perteneció a la Escuela Satírica Valenciana y es considerado un estupendo poeta.

Narcís Vinyoles (1440-1517), fue administrador de la lonja y contador de la Generalidad Valenciana, también un gran prosista y poeta de la época.

Francisco de Castellví (1435-1506), era barón de Benimuslem y señor de Mulata, sirvió fielmente a al príncipe Fernando y después a Fernando II de Aragón, considerado un gran ajedrecista de la época llegó a lo más alto de su cargo siendo mayordomo real de Valencia. También un gran poeta de esos tiempos tan florecientes.

Nuestros protagonistas de hoy que ya han sido presentados formalmente tienen algo en común, sí, la literatura, en especial la poesía y además coinciden en tener una pasión que quieren compartir con todos los demás y transmitirla lo más rápidamente posible, el ajedrez.

Seguramente en una reunión poética forjaron un plan inusual pero certero para sus propósitos, inventarán una partida pasional con personajes mitológicos y lenguaje melodioso para que su relato llegue a los confines de la floreciente Europa del momento y así transmitir con dulzura los grandes cambios que habían sido fijados y que aún debían de ser adquiridos como norma para todo jugador del Chess.

Nace así el poema de amor Scachs d´amour que lanzó de la forma más bella conocida todas las nuevas reglas del juego por Europa, aún hoy en nuestros días esta obra es representada en un ajedrez viviente, dejando al público anonadado de la perfecta sincronía entre estrofas y movimientos de las piezas.

Una maravillosa forma de pasar del ajedrez del medievo al fulminante y dinámico ajedrez del siglo de Oro valenciano. Una partida inventada y un árbitro comentarista muy especial que durante 64 estrofas nos muestran la fuerza de la nueva Dama que dejará por siempre de ser arábica.

21 jugadas hacen las blancas, 20 jugadas hacen las negras y son 20 los apuntes del árbitro entre jugadas con 3 estrofas que sirven de introducción y todas suman 64 que son las casillas o escaques del tablero de ajedrez.

Marte juega con blancas, Venus con negras y Mercurio ejerce como árbitro de esta ficticia e histórica partida cósmica y mundana.

Cada movimiento de esta partida junto a su estrofa es una alegoría a los lances de amor, a las formas estéticas y morales de la época mostradas en cada una de las piezas con un juez que lo visualiza ejerciendo de árbitro entre los gritos guerreros de Amor que arroja Marte ante la verde Venus que simboliza la Gloria del Olimpo.

Don Francisco de Castellví es el jugador Marte y sus piezas tienen una correspondencia alegórica con aspectos muy humanos ya que el propio Marte es el Amor y su enseña rojiza, el Rey es la razón y la Reina, voluntad, las Torres son los deseos y los Caballos los honores, los Alfiles, pensamientos y los Peones, servicios.

Don Narcís Vinyoles es Venus que representa la Gloria,, el Rey es honor, su color guerrero es el verde, la Reina es Belleza y los Alfiles, miradas, los Caballos, desdén y las Torres son caballeros y los Peones, cortesías

Don Fenollar es Mercurio, ejerce de juez moralista y dictador de las nuevas normas ajedrecistas que tras cada jugada las analiza con rima cortesana de doble sentido, jugando con la ética y moral de la época y las nuevas normas de movimientos en el que el Rey pierde su protagonismo medieval a favor de una Dama que ejerce de auténtica reina poderosa e imprescindible.

Les dejo la traducción de un grupo de estrofas de tan bella poesía:

En el campo dividido y toda la gente preparada

el gran guerrero con la enseña roja

movió después todo su poder

tomando Amor por nombre, en su querella

y llevó hacia el campo de la bella

al peón más valiente de su ejército,

que avanzó dos pasos hacia ella.

Al mover el Rey este peón, la Razón puso en descubierto

y el camino de Voluntad se abrió.

Y también este otro grupo de estrofas en las que blancas dan jaque mate:

El Príncipe Marte que nuestro corazón inflama,

para triunfar de tan alta conquista,

tomó al Honor que se aclama sobre todas las cosas,

ofreciéndola rápida el buen querer,

el cual, subiendo el grado que le presta

la Bella flor en amorosa llama,

sacrifica en gran fiesta el Fruto de amor.

En la luna está el punto de este eclipse 

y quien lo entiende, entiende el Apocalipsis.

Pero si ustedes dominan el valenciano o el catalán a buen seguro que disfrutarán mucho en este enlace poético y si desean ver esa partida ficticia de la que hoy hemos hablado y traído con la mejor poesía de amor y ajedrez moderno aquí también la pueden disfrutar:



Otro día queridos lectores hablaremos de nuevo de poesía y poetas que ciertamente entendían mucho de este juego y su presencia constante en la vida real, y para muestra y adelanto un botón que espero les guste:



Y como colofón una anécdota de las mías, el otro día fui a una librería de Pamplona y le indiqué al dependiente que por favor me enseñara algún buen libro de ajedrez para convertirme en Gran Maestro, sin dudarlo un momento y con mirada picarona me acompañó a la sección de Ciencia Ficción y me invitó a que buscase entre los títulos que ahí ofrecía....Un adiós a la librería El Parnasillo de Pamplona que muchos echaremos de menos por el buen trato recibido en todas nuestras visitas.