domingo, 21 de octubre de 2012

Poniendo nuestras expectativas en contexto

Veintidós tableros en Oberena
La primera ronda del Campeonato Navarro Absoluto por Equipos casi nos trajo los mejores resultados posibles. Los señalamientos para la segunda ronda, ya hacían presagiar que resultaría difícil mantener el tono de los resultados, aunque tampoco hubiera sido sencillo acertar con los  que, finalmente, se produjeron. ¡Es lo que tiene la competición! En resumen, el conjunto de las rondas transcurridas marca de manera bastante precisa los límites de nuestras aspiraciones. Vamos con los detalles.

Preferente
A diferencia de la primera ronda, en la que el sorteo emparejó a equipos cuyo objetivo final era bien distinto, en esta ronda los encuentros estaban teñidos de un mayor dramatismo, dado que se enfrentaban entre sí equipos optando por el campeonato o por eludir el descenso. Vaya, de esos en que los puntos valen doble.
El encuentro en la cumbre lo disputaban, en El Palacete de Burlada, los equipos de Mikel Gurea y San Juan. A la soprendente caribeñización de Mikel Gurea, había respondido San Juan durante la semana con algunos refuerzos maños y una última vuelta de tuerca de los de Burlada, con la incorporación de Mikel Huerga. Aunque finalmente la alineación de  los equipos no resultó la más fuerte posible (bajas de Isan por parte de MG y de Ninov y Antoli por parte sanjuandarra), uno de los enfrentamientos más duros que se recuerdan en territorio foral, que se resolvió por un 5,5-2,5 a favor de los de Burlada y que establece un punto singular en el desarrollo de este Campeonato. Un detalle a mencionar es que MG, al margen de lo que sucedió por arriba,  se impuso en los 4 últimos tableros (los que, a la postre, deciden el campeonato) por 2,5-1,5, lo que es la mejor noticia para ellos.
Dani y Aurelio en acción
Nosotros nos enfrentábamos con Orvina. Se anticipaba un encuentro difícil. Ligera desventaja en todos los tableros, según Elo, con una desventaja media de 112 puntos, así que, pese a poner en juego un equipo sensiblemente más robusto que el año pasado, la esperanza matemática no nos daba más de 2,5/3 puntos. La mayor parte de las partidas fueron muy disputadas y durante muchos momentos pareció que el resultado podía ser el de esa proyección o mejor, pero la realidad fue muy tozuda y nos encontramos con que sólo pudimos materializar un punto. No por casualidad, y pese a los que creen los detractores de Don Arpad, el punto llegó en las dos partidas en las que nuestra desventaja era menor y, además, condujimos las piezas blancas (en los tableros 3 [Txemi] y 5 [Cesar]). Un resultado tan contundente tiene dos lecturas: parece bastante claro que nuestro puesto objetivo en la presente temporada es el cuarto (no es que lo tengamos ganado de antemano, ni mucho menos, habrá que luchar por él; sino que los tres primeros están lejos de nuestro alcance). Segundo, Orvina es un aspirante mucho más cualificado de lo que a primera vista podría parecer. A estas alturas, Orvina no es un "outsider". Pero los refuerzos de Mikel Gurea y San Juan parecen haberles atribuido la luz de todos los focos. Sin embargo, Orvina tiene un equipo extraordinariamente compacto, de donde obtener puntos va a resultar muy difícil, 14,5/16 en dos rondas lo atestiguan.
Los otros dos encuentros, como decía antes, venían teñidos de mayor dramatrismo. Paz de Ziganda, tras nuestra contundente victoria, se jugaba mucho en su difícil desplazamiento a Tudela, que saldó con un meritorio 5-3. Los de Villava necesitarán ser consistentes en sus alineaciones para mantenerse. Complicaciones para Santa Ana, que la semana que viene rinde visita a Orvina.
En el otro encuentro, Nuevo Casino, con una alineación más potente que la primera ronda y con sus refuerzos guipuzcoanos, vencieron de forma contundente a Runa, a quienes, pese a su buen resultado de la primera ronda ante San Juan, parece que les tocará sufrir.

Primera
Oberena B se enfrentaba con Mikel Gurea B, quienes recuperaban a todos sus jugadores, tras la cesión de varios de ellos al A, en la jornada inicial, y que presentaron su mejor alineación posible. En estas condiciones, el punto y medio conseguido resulta más que meriotorio. Mención especial para las tablas de María frente a Forján y la victoria de Honorato. Tras este resultado, el B queda en una posición un tanto en medio de la nada, en un grupo en el que cuatro filiales optan a la victoria que no les concederá el derecho a subir, mientras que Zaldi Beltza parece destinado a ser quinto, en una posición que le podría dar chances de ascenso, y Arrano B, a intentar evitar el descenso.
Diego y los chavales
En el otro grupo, los chavales del C tenían un serio desafío al enfrentarse a Sancho el Fuerte-Tiebas un equipo sólido y con posibilidades de ascenso que se saldó con una mínima derrota (2,5-3,5). Victoria de Javier (este chico es una mina) y tablas de Diego, Marina (frente a un fortísimo y experimentado jugador, confirmación de que Marina, una vez que controle su relación con el reloj, está en el camino) y Fermín. El resultado pudo ser mejor si Diego hubiera podido concretar una posición superior (aunque su rival se defendió acertadamente), Irati hubiera podido obtener algo más de un final en que  parecía estar mejor (y difícil de perder, en cualquier caso) o Alex no hubiera decidido ir "a por uvas" en una posición que exigía otro planteamiento. En cualquier caso, el resultado es objetivamente bueno, en un grupo bastante igualado y en que las diferencias se antojan mínimas.

Segunda
Poco que decir. Derrota sin paliativos del E frente a un Mikel Gurea C que no es de esta categoría. La única alegría de la jornada vino de la mano del D (3-1, victorias de Iker, Ibai y Jorge), en un enfrentamiento totalmente pitufo con los chiquillos de Gazte Berriak B, más propio de los Juegos Deportivos que del Absoluto por Equipos. Se les vería con aspiraciones de promocionar, si la complejidad del Reglamento, con las particularidades sobre los filiales, lo permitiera.

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