domingo, 18 de febrero de 2018

Tradiciones

Uno de los mejores efectos colaterales de haber vuelto a jugar la Liga Vasca es volver a Urnieta y poder disfrutar, tras jugar las correspondientes partidas, de una cena de sidrería. Si ganas, lo celebras. Si pierdes, tiene un efecto balsámico. Y, si empatas, qué se yo, pero disfrutas igual.
Este año hemos cambiado la tradicional Altuna, donde habíamos estado las últimas veces, por Setién, por recomendacion de nuestras contrincantes y, sin embargo, colegas. Diferente. Algo más "sofisticado" (aunque a saber como ha evolucionado la otra en estos seis años), pero sin renunciar a las esencias.
Y sí, ha pasado 6 años desde esta otra foto. 
También hubo ajedrez, claro, pero esa es otra historia.

No hay comentarios: